El gato Burmés o Birmano es fuerte y deportivo que tiene una sorprendente cantidad de peso teniendo en cuenta su tamaño.
El pelaje de los gatos burmeses son cortos, sedosos y de muy bajo mantenimiento. A pesar de su relativa pesadez, son gatos elegantes con músculos fuertes y buena estructura osea. Vienen en una variedad de colores, que incluyen sable, champan, platino y azul. Tienen ojos grandes y que varían entre amarillo y ámbar.
Características del Gato Burmés
- Nombre científico: Felis catus
- Categoría: Raza
- Tamaño: Mediano, con machos que pesan de 8 a 12 libras y hembras que pesan de 6 a 10 libras
- Pelaje: Corto
- Color: Sable, champagne, azul, platino
- Cliclo de vida: 10 a 16 años
- Clasificación superior: Gato
- Origen: Birmania, Tailandia
Personalidad y Temperamento

Los Gatos Birmanos, como sus antepasados siameses, son gatos inteligentes y sociales, aunque tienden a ser menos habladores. Son muy juguetones y les encanta estar cerca de su familia. Casi como los perros, Les gusta participar en todo lo que hagan sus dueños: te seguirán mientras haces tareas, cocinas y miras televisión. Se sabe que incluso se han ganado a las «personas caninas» debido a su tendencia a colmar a los invitados con atención y afecto.
No les va bien cuando se quedan solos durante mucho tiempo, a menos que tengan otra mascota que les haga compañía. Se llevan bien con los niños y otras mascotas y son excelentes compañeros para toda la familia.
Historia del Gato Burmés
Los antepasados de los Burmeses son los Siameses y el «gato de cobre» de Birmania, ahora conocido como Myanmar. Se cree que eran felinos del templo y del palacio criados y mantenidos por sacerdotes. La matriarca del Birmano moderno era un pequeño gatito marrón oscuro llamado Wong Mau. Ella pertenecía al Dr. Joseph Thompson, quien la adquirió de un marinero o la trajo de sus viajes, dependiendo de la historia que creas.
Al principio se pensó que Wong Mau era siamés con un pelaje color chocolate. Tales siameses no eran desconocidos. Los «siameses chocolate» se describieron en la década de 1880. Sus cuerpos eran bronceados o marrones y tenían puntos de sellado marrones o casi negros. El siamés real tenia el cuerpo mas ligero que contrastaban con sus puntos oscuros y eran preferidos por los criadores y el publico.
Los gatos de color chocolate finalmente desaparecieron en Gran Bretaña, pero aun existía en Tailandia y Birmania, donde probablemente eran descendientes de apareamientos naturales, entre siameses de libre circulación y gatitos birmanos de colores sólidos. Wong Mau fue uno de ellos. Era su destino convertirse en la matriarca de dos nuevas razas: la birmana y mas tarde la Tonkinesa.
El Dr. Thompson crió a Wong Mau con un siamés de puto sellado llamado Tai Mau. Su programa de cría, junto con los criadores Virginia Cobb y Billie Gerst y el genetista Clyde Keeler, produjeron gatitos con pelaje beige, marrón y puntiagudo. Los resultados, incluso el descubrimiento del gen birmano, fueron tan interesantes que Thompson publico un articulo sobre el tema en un numero de 1943 del Journal of Heredity, el primer articulo de este tipo sobre genética felina.
La Cat Fanciers Association comenzó a registrar birmanos en 1936, pero suspendió los registros en 1947 por que los criadores todavía usaban siameses en sus programas de cría. Las inscripciones se reanudaron en 1953 después de que se detuviera la practica. Hoy el birmano es una raza popular entre los amantes de los gatitos.
Salud del Gato Burmés

Tanto los gatitos de pedigrí como los de raza mixta tienen una incidencia variable de problemas de salud que pueden ser de naturaleza genética. Los birmanos son generalmente saludables, aunque pueden ser propensos a la gingivitis y pueden ser sensibles a la anestesia. Las siguientes enfermedades también se han visto en birmano:
- Lipemia del humor acuoso, una apariencia lechosa transitoria del ojo durante la infancia, que generalmente se resuelve por sí sola.
- Dermoide corneal, la presencia de piel y cabello en la superficie de la córnea, que se puede corregir con éxito quirúrgicamente.
- Síndrome de dolor orofacial, indicado por movimientos exagerados de lamer y masticar y manosear en la boca. La incomodidad puede aumentar cuando el gatito está excitado o estresado, y los felinos a menudo son reacios a comer porque la actividad es dolorosa. Algunos gatos deben llevar un collar isabelino y vendarse las patas para no lastimarse. Algunos casos se resuelven solos, luego se repiten. La causa y el modo de herencia son desconocidos. Los medicamentos para el dolor y los anticonvulsivos pueden ayudar, al igual que la consulta con un dentista veterinario para descartar enfermedades dentales.
- Enfermedad vestibular periférica congénita, que causa inclinación de la cabeza, mal equilibrio, movimientos oculares rápidos y caminar sin coordinación en los gatitos. Algunos gatitos con la condición también pueden ser sordos.
- Defecto en la cabeza birmana, una anomalía craneofacial.
- Polimiopatía hipopotasémica, debilidad muscular causada por bajos niveles de potasio en la sangre, que a veces se observa en gatitos birmanos. Los signos incluyen debilidad general, marcha rígida, renuencia a caminar y temblores en la cabeza. Se puede tratar con suplementos de potasio administrados por vía oral.
- Síndrome de gatito de pecho plano, una deformidad que puede variar de leve a grave. Los gatitos que sobreviven hasta la edad adulta generalmente no muestran signos una vez que alcanzan la madurez.
- Cola doblada, generalmente como resultado de una deformidad del coxis. No causa dolor ni molestias.
- La osteoartritis del codo, un inicio temprano de artritis en el codo, que limita la actividad o movilidad del gatito.
- Fibroelastosis endocárdica, una afección cardíaca en la que el ventrículo izquierdo del corazón se engrosa y estira el músculo cardíaco. Los signos generalmente se desarrollan cuando un gatito tiene entre 3 semanas y 4 meses de edad, una buena razón para esperar hasta los 4 meses para llevarlo a casa.
- Miocardiopatía dilatada, un corazón agrandado.
- Diabetes mellitus, una afección endocrina causada por un defecto en la secreción de insulina o la acción de la insulina que produce altos niveles de azúcar en la sangre.